Ñaque

o de piojos y actores

El director dice:

Ñaque o de piojos y actores es una joya teatral que nos da una visión singular de nuestro siglo de Oro.
A caballo entre el relato y la interpretación, la sombra de dos cómicos, pícaros y hambrientos trasluce la entrañable fragilidad de su condición de actores y la fugacidad de su arte.
En este regalo de Sanchis Sinisterra, se entretejen los hilos de la graciosidad de la picaresca, la necesidad de la memoria, el fantasma del olvido, la bondad de la amistad, la belleza en la palabra, el existencialismo beckettiano y la recepción del arte teatral por el público; en una interesante visión de la teatralidad barroca, a ras del suelo de los “faranduleros de vida libre y ancha”
Juan Cifuentes

Dos actores, pícaros y hambrientos del siglo de Oro : Nicolás de los Ríos y Agustín Solano, actores  de origen toledano que realmente existieron y trabajaron con todo tipo de compañías teatrales de la época a caballo y a pie entre Sevilla, Toledo y Madrid; aparecen por sorpresa aquí y ahora en este teatro después de cuatrocientos y pico años.

Como es natural en ellos se sitúan en el escenario y continúan con su vida cotidiana, que consiste en ir mezclando reflexiones sobre su condición de actores, con recuerdos de experiencias teatrales y vivenciales  y  con la representación de fragmentos de joyas teatrales del barroco español.

Con estos preciosos mimbres de la literatura menos conocida de aquella época,  José Sanchis Sinisterra compone esta “ Mixtura joco-seria de garrufos varios / sacada de diversos autores/ ( pero mayormente de Agustín de Rojas), /agora nuevamente compuesta y aderezada  “  para crear  Ñaque o de piojos y actores, recibido como un hallazgo teatral de nuestro tiempo. Gracias a su exquisito trabajo de excavación literaria, Sanchis nos va entregando  en esta pieza un remedo de valiosas perlas teatrales de aquellos siglos magníficamente pespunteadas con un buen puñado de reflexiones y vivencias de estos personajes. Cuestiones humanas y artísticas que se activan inmediatamente en nosotros en cuanto nos abrimos como espectadores a lo que esta función nos propone hoy.

En escena Ñaque una formación teatral de “dos hombres que no llevan sino una barba de zamarro, tocan el tamborino y cobran a ochavo” , es decir una propuesta que apunta hacia el arriesgado camino de dos actores una pasión y una manta, que no quiere depender de la mucha tramoya y artificio.

Loas, romances, graciosidad, refranes, entremeses, piojos, autos, comedias, bojigangas, garnachas, morcillas, sombreros, lo divino, lo humano,….son los artefactos teatrales e ingredientes de esta función…..que riqueza inmaterial

En escena un actor que ya es una realidad en la escena nacional junto a otro con muchísima veteranía, ambos batallados en textos clásicos, bajo la dirección de un clásico de la escena regional y con el respaldo de Ambulantes Teatro y Teatro Cachivaches. Teatro Cachivaches y Ambulantes Teatro. Mas de 60 años de experiencia entre las dos compañías. Premios, nominaciones y varias participaciones en el festival almagreño y que ahora aunamos fuerzas.

Pero, ¿por qué Ñaque?

Estamos firmemente convencidos que es uno de esos momentos históricos perfectos para poner Ñaque sobre las tablas y comprobar cómo vivían los cómicos del siglo XVI ¿O son del siglo XXI? ¿O son de cualquier época? El coronavirus y la pandemia mundial nos ha llevado a plantearnos si la picaresca con la que Ríos y Solano se ganaban la vida volverá ahora dada la situación económica que atravesamos. Nos preguntamos cuantos Ríos y Solanos está creando esta situación.

Nos preguntamos si estos dos personajes son del siglo de oro o de la época actual. Nos preguntamos si siempre han existido estos dos personajes en el mundo de Thalía y Melpómene, comedia y tragedia, teatro. Un “viaje entretenido” de más de 400 años que comenzó Agustín de Rojas, lo continuó Sanchis Sinisterra y que, a día de hoy, esa travesía sigue avanzando de la mano de los actuales bululúes, ñaques, gangarillas, cambaleos, garnachas, bojigangas, farándulas y compañías.

Espacio, tiempo, meta teatralidad y Beckett fusionados para que el otro personaje de la obra, el público, disfrute bajo el cielo estrellado de la poética que se destila durante esta función y reflexione a la salida sobre la situación actual del arte escénico.

P.D. Al mal tiempo buena cara ya que después de la tempestad vendrá la calma